Habitualmente el consultante recurre al Tarot, después de una pérdida afectiva, claro que también lo hace por diferentes razones, e inclusive por cierta curiosidad intelectual que ésta práctica, antigua y popular, despierta en nosotros.
En el primer caso, acude al tarotista, porque está negando un duelo necesario o le está costando mucho comenzar a elaborarlo.
En este caso, el tarotista o taromante tiene una gran responsabiliad, y es acompañar a la persona a intentar asomarse a ese largo y doloroso camino de aceptar, que por diferentes razones, el otro ya no está...y hay que seguir solos, con esa pérdida a cuestas, con ese enorme vacío.
Muchas veces puede leerse en la tirada, el proceso que está atravesando el consultante, especialmente a través de la lectura terapéutica, método ideado y desarrollado por Veet Pramad. Pero también en una simple, auque exhaustiva y hasta predictiva, Cruz Celta tradicional.
Hay determinados arcanos menores (pensando en el
Tarot Marsellés, Tarot de Acuario, Rider-Waite) que nos sugieren en qué situación emocional se encuentran él o ella, y a partir de allí, sugerir la mejor manera de continuar el proceso.
También hay otros arcanos que sugieren que el consultante está evadiendo su responsabilidad y no puede visualizar la ruptura del vínculo afectivo como algo que lo involucra como sujeto activo y que lo compromete como ser pensante, racional. Ellos podrían ser el cinco o el siete de espadas. Estas son las consultas más complicadas, porque el consultante expresa que él o ella "deben volver sí o sí porque no pueden seguir viviendo así". Preguntan, además, "que podemos hacer nosotros para ayudarlo", cuando en realidad nos están preguntando si realizamos "trabajos de amarre, etc". En este punto, me siento comprometida conversar con el consultante acerca de su falta de conciencia y su grado de dificultad para comprender lo que significa entender las relaciones interpersonales desde un lugar de salud, donde se pueda considar al otro como un sujeto, y no como un objeto. Tarea absolutamente imposible para el encuadre de una consulta de tarot.
Seguramente buscarán a alguien "que le solucione todos los problemas" y hace "todo tipo de trabajos" de magia negra: amarres, endulces, todo para que su amado o amada, vuelva" (tendríamos que preguntarnos y preguntarles al "brujo" y a sus clientes, a dónde precisamente y para qué, no se puede pensar en reconstruir una relación afectiva desde éste lugar, supongo).
Y en este caso, por otro lado, hay que sugerir, obviamente, un psicoanálisis formal, aconsejo uno freudiano, pero esto es algo muy personal, ya que a esta práctica, le estoy infinitamente agradecida.
Espero tus reflexiones.
Saludos taromantes, maría
horaveintiseis@gmail.com
En el primer caso, acude al tarotista, porque está negando un duelo necesario o le está costando mucho comenzar a elaborarlo.
En este caso, el tarotista o taromante tiene una gran responsabiliad, y es acompañar a la persona a intentar asomarse a ese largo y doloroso camino de aceptar, que por diferentes razones, el otro ya no está...y hay que seguir solos, con esa pérdida a cuestas, con ese enorme vacío.
Muchas veces puede leerse en la tirada, el proceso que está atravesando el consultante, especialmente a través de la lectura terapéutica, método ideado y desarrollado por Veet Pramad. Pero también en una simple, auque exhaustiva y hasta predictiva, Cruz Celta tradicional.
Hay determinados arcanos menores (pensando en el
Tarot Marsellés, Tarot de Acuario, Rider-Waite) que nos sugieren en qué situación emocional se encuentran él o ella, y a partir de allí, sugerir la mejor manera de continuar el proceso.
También hay otros arcanos que sugieren que el consultante está evadiendo su responsabilidad y no puede visualizar la ruptura del vínculo afectivo como algo que lo involucra como sujeto activo y que lo compromete como ser pensante, racional. Ellos podrían ser el cinco o el siete de espadas. Estas son las consultas más complicadas, porque el consultante expresa que él o ella "deben volver sí o sí porque no pueden seguir viviendo así". Preguntan, además, "que podemos hacer nosotros para ayudarlo", cuando en realidad nos están preguntando si realizamos "trabajos de amarre, etc". En este punto, me siento comprometida conversar con el consultante acerca de su falta de conciencia y su grado de dificultad para comprender lo que significa entender las relaciones interpersonales desde un lugar de salud, donde se pueda considar al otro como un sujeto, y no como un objeto. Tarea absolutamente imposible para el encuadre de una consulta de tarot.
Seguramente buscarán a alguien "que le solucione todos los problemas" y hace "todo tipo de trabajos" de magia negra: amarres, endulces, todo para que su amado o amada, vuelva" (tendríamos que preguntarnos y preguntarles al "brujo" y a sus clientes, a dónde precisamente y para qué, no se puede pensar en reconstruir una relación afectiva desde éste lugar, supongo).
Y en este caso, por otro lado, hay que sugerir, obviamente, un psicoanálisis formal, aconsejo uno freudiano, pero esto es algo muy personal, ya que a esta práctica, le estoy infinitamente agradecida.
Espero tus reflexiones.
Saludos taromantes, maría
horaveintiseis@gmail.com
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