1. Ser discreto. Preservar la identidad del consultante: es lícito intercambiar experiencias entre tarotistas pero no lo es divulgar información reservada ni datos personales.
2. No perder la capacidad de asombro. El sentido común no es un aliado, la vida siempre nos sorprende....si estamos preparados.
3. No ceder ante la angustia del consultante re-preguntando algo que ya quedó claro: en este caso, la consulta se convierte en un caos y se puede perjudicar la claridad de la tirada.
4. No pensar que la consulta salió bien o mal por la buena o mala energía del consultante: el resultado de la consulta es lo que esta persona debía escuchar: no somos Dios.
5. No dañar emocionalmente al consultante: no sobrecargarlo con información que no solicitó saber. O sea:
6. Alertarlo acerca de lo que no sabe, pero sólo si es necesario y con mucho cuidado.
7. No interpretar la tirada desde la mirada del consultante....ni desde la nuestra. Intentar ser fiel a ella.
8. No pensar que hay sistemas infalibles o lecturas infalibles: hacerle saber que siempre la vida puede sorprendernos y la tendencia puede cambiar:
9. Hacer notar la diferencia entre predicción y tendencia.
10. No prejuzgar, el consultante no viene a pedir consejos morales y no los necesita.
11. Confiar en el tarot: aún cuando la tirada nos desconcierte, allí está y debe ser interpretada.
12. Trabajar la "transferencia" y la "contratransferencia" (1), evitando que el consultante nos posicione en un lugar no deseado y, por otro lado, evitar proyectar sobre él nuestros fracasos y temores.
13. No subestimar al otro y siempre intentar una actitud terapéutica: cuando una relación se terminó, lo que debe comenzar es un trabajo de duelo, no un trabajo de amarre...ni de "endulce"....
14. Y finalmente no pretender que somos capaces de solucionar los conflictos del consultante. Una buena lectura de tarot debe intentar crear conciencia del proceso que está atravesando esta persona para que pueda tomar decisiones en un contexto de mayor claridad.
Esta debiera ser nuestra aspiración más noble.
5. No dañar emocionalmente al consultante: no sobrecargarlo con información que no solicitó saber. O sea:
6. Alertarlo acerca de lo que no sabe, pero sólo si es necesario y con mucho cuidado.
7. No interpretar la tirada desde la mirada del consultante....ni desde la nuestra. Intentar ser fiel a ella.
8. No pensar que hay sistemas infalibles o lecturas infalibles: hacerle saber que siempre la vida puede sorprendernos y la tendencia puede cambiar:
9. Hacer notar la diferencia entre predicción y tendencia.
10. No prejuzgar, el consultante no viene a pedir consejos morales y no los necesita.
11. Confiar en el tarot: aún cuando la tirada nos desconcierte, allí está y debe ser interpretada.
12. Trabajar la "transferencia" y la "contratransferencia" (1), evitando que el consultante nos posicione en un lugar no deseado y, por otro lado, evitar proyectar sobre él nuestros fracasos y temores.
13. No subestimar al otro y siempre intentar una actitud terapéutica: cuando una relación se terminó, lo que debe comenzar es un trabajo de duelo, no un trabajo de amarre...ni de "endulce"....
14. Y finalmente no pretender que somos capaces de solucionar los conflictos del consultante. Una buena lectura de tarot debe intentar crear conciencia del proceso que está atravesando esta persona para que pueda tomar decisiones en un contexto de mayor claridad.
Esta debiera ser nuestra aspiración más noble.
Si a alguien se le ocurre agregar algo más es bienvenido.
(1) http://www.apsique.com/node/201
María
Ciudad de Buenos Aires
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