Los arcanos mayores se pueden entender como niveles de
conciencia, expresan hacia dónde va y de dónde viene el sujeto.
EL LOCO, no ocupa un lugar específico en esta estructura, y
se considera que es el arcano que permite el pasaje de un nivel de conciencia a
otro superior, con todos los riesgos que ello implica, ya que también puede significar un “salto al vacío” y
a veces hasta un salto a la pérdida de equilibrio mental.
Del arcano 1 al 7, es decir, desde El Mago hasta El Carro,
expresa como el sujeto, que es un ser potencial de creación, recibe las
enseñanzas de la cultura a través de su familia y sus maestros.
En este nivel el sujeto incorpora los valores culturales, no
los cuestiona.
En el segundo nivel , desde el 8 hasta el 15, es decir desde
La Fuerza hasta LA TEMPLANZA, el sujeto que ha internalizado la cultura,
comienza a desarrollar su individualidad y
comienza a trazar su propio camino, así, por ejemplo EL ERMITAÑO expresa cómo el sujeto es capaz de aislarse
para conocerse a sí mismo, como es capaz de dialogar consigo mismo, como puede
tolerar la soledad, si esta soledad es elegida o es un castigo para él, como acepta
los ciclos de la vida con LA RUEDA, o por ejemplo, los cambios con LA MUERTE.
En el tercer nivel, del
15 al 21, es decir desde EL DIABLO hasta EL MUNDO, el sujeto avanza
hacia la sociedad, si es mujer no se
interesa solamente por lo que le sucede en
su familia, como a LA EMPERATRIZ, sino
que a través de MUNDO se abre hacia el exterior: le interesa si en su país hay
gente que sufre problemas económicos, si es un trabajador, profesional, etc. se interesa no solamente por sus condiciones de trabajos,
sino también por la de sus compañeros,
si es un docente o es un profesional de
la salud, es capaz de escuchar al otro sin juzgarlo.
No todos llegamos al nivel de conciencia de EL MUNDO. A veces permanecemos en el nivel de EL SACERDOTE,
EL JERARCA, que es un ser que ha aprendido mucho y puede enseñar a los otros, pero que no se
ha desprendido de los prejuicios sociales de su cultura y los transmite como
parte de la tradición. Sin embargo un maestro bajo la influencia del SOL o del MUNDO, no solamente transmite saberes
sino que lo hace desde un lugar de empatía con el otro porque puede entenderlo,
porque ya ha recorrido todo el camino, ya ha estado ahí, no solamente ha aprendido desde el
conocimiento, sino que lo ha sentido, y se solidariza con él desde el amor y
desde la comprensión. No juzgará tanto, sino que intentará orientar a esta
persona para que logre evolucionar.
No obstante hay veces que es necesario retroceder para
poder volver a empezar. Hay crisis profundas en la vida de una persona que ha
llegado a su último nivel de evolución, tal vez se ha enamorado, ha fracasado,
y debe replantearse valores, su rol en la familia, si es madre, replantear sus
prioridades como tal, probablemente si ha sufrido un estado depresivo ha
descuidado a sus hijos, si es
profesional, además, como superar su
crisis para volver a posicionarse exitosamente. Estas crisis hacen temblar al
ser en todas sus dimensiones: espiritual, mental, afectivo y puede hacerlo
caer, retroceder. Entonces en una tirada es probable, por ejemplo en una CRUZ
CELTA QUE MUESTRA UNA DINÁMICA, se puede
ver a un sujeto partir de EL MUNDO y
terminar en EL JERARCA. Esto significa que si bien ha retrocedido, se ha
cerrado en su mundo interno aislándose, este aislamiento puede ser necesario
para volver a “armarse” como sujeto en su subjetividad, para desde una posición más sólida volver a
intentar seguir con su vida y proseguir en el camino de su evolución. No es
fácil, puede lograrlo o no, en este sentido, es importante, que pueda tener la
oportunidad de ver reflejado en el tarot
esta dinámica de su vida, para que no detenga su aprendizaje, que es
permanente, nunca termina mientras
vivimos.
(Este post pertenece a un fragmento de una clase de mi curso de tarot a distancia)
María,
horaveintiseis@gmail.com
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